Un Trato por un buen trato
Columna de opinión de Stephanie Evans, presidenta del Consejo Regional de Atacama del Colegio Médico Veterinario de Chile
Partía mi carrera de Medicina Veterinaria leyendo lo que según la OIE definía como Salud, “un completo estado de bienestar físico, mental y social". Sin embargo, ejerciendo la profesión veo que somos el claro ejemplo de la enfermedad misma, y no hemos logrado encontrar nunca el equilibrio.La pandemia simplemente lo visualizó; estuvimos confinados, sin poder trabajar con normalidad, y cuando pudimos hacerlo, comenzó otro “calvario” ... No dar a basto con la gran demanda de nuestros servicios.
¿Es normal pasar horas y horas trabajando, llegar a casa y seguir trabajando, estudiando, capacitándose? Sentir que te esfuerzas al máximo y aun así no es suficiente, cuando lees en redes funas y quejas hacia colegas sin mostrar el rostro de quienes las emiten, estableciendo un juicio público sin derecho a defensa.
Algo está mal y definitivamente no es la Pandemia, es la salud mental, la salud ocupacional, la salud “social”. Escucharse y respetarse son los pilares básicos para que una sociedad funcione, dialogar, complementarse o mostrar empatía. Nunca habíamos estado tan expuestos como ahora, cuestionados por cómo nos vemos, cómo pensamos y hasta cómo trabajamos.
En medicina veterinaria las agresiones se normalizan cada vez más, según la 1° Encuesta Laboral de Colmevet, el 57% de los colegas señala haber sido agredido verbalmente por un cliente, 22% ha sufrido funas y un 30% ha sido atacado en RRSS.
La violencia sicológica o física nunca es el camino, y nunca puede ser una opción. Debemos entender que ‘Con Violencia, No hay trato’, como plantea la campaña que llevamos adelante desde Colmevet. Ese buen trato se caracteriza por el uso de la empatía, para entender y dar sentido a las necesidades de los demás, la comunicación efectiva entre las personas, la resolución no violenta de conflictos. Ese buen trato es siempre bidireccional dueño - mascota, mascota-dueño, donde queda plasmado que el objetivo común siempre será el bienestar animal.
Un trato por el buen trato nos ayuda a tener las condiciones óptimas para enfocarnos en nuestro trabajo con la ciudadanía y mejora nuestra calidad de vida laboral, física y mental. Ya decía el Sr. Hugo Tagle, “urge crear una cultura de mejor calidad en las relaciones humanas”.